Hace tiempo visité Beijing y el barrio de ChaoYang, donde viví durante dos años. Siempre me sorprendió una farmacia que hay allí, al lado del Suzie Wong, uno de los pafetos más modernetes que he frecuentado en China. La botica en cuestión llama la atención pues es un negocio en el que los dueños, probablemente para sacarse un dinerillo extra, realquilaron la parte delantera del local... a una especie de mini-estanco.
Es la dualidad del bien y el mal. El equilibrio entre el Yin y el Yan. Encontrar un roto para un descosido. Veneno y antídoto en un mismo lugar. Hace tiempo que decidí dejar de fumar y he tratado el tema del tabaco en más de una ocasión... pero ya os imaginaréis que en un país donde te puedes comprar un paquete de cigarrillos y una caja de aspirinas en el mismo establecimiento... pues estás jodido. Amén de que fumar en China es un (mal) hábito social muy arraigado. De hecho es una de las pocas cosas que le tengo que reprochar, pues yo antes de llegar a este país no era fumador habitual (sólo fumaba puros en las bodas y en los toros), pero la costumbre de que en cualquier reunión, cena o simplemente encuentro, lo primero que se haga es ofrecer un cigarro (y si lo rechazas se lo pueden tomar incluso a mal), acabó atrapándome. No fumo mucho, de lunes a viernes quizá un par al día, pero los fines de semana cuando salgo sí que consumo más de lo que debiera. Pero lo dicho, aquí es realmente tentador y evitar fumar cuesta horrores... o no, yo que sé. Seguiremos informando.
Este verano coincidí con mi buen amigo Gabi en Shanghai. Estábamos los dos de paso (pues él vive en Pekin y yo ya sabéis que resido en Minglanilla) y venía (él) de haber estado de vacaciones un par de semanillas por el sudeste asiático y yo de curro por aquel inmenso poblachón. Le acompañaba su colega Fede... un crack. No pudimos pasar mucho tiempo juntos pero nos dio lo suficiente para echarnos unas buenas risas. Fede me estuvo enseñando algunas fotos "curiosas" que había hecho y se las quise tomar prestadas para ponerlas en este cutreblog, a lo que aceptó encantado. Muchas Gracias, Fede!!! Te debo una botellita la próxima vez que te pases por China!!!
Las fotos siguientes se encasillan en la misma temática junto a los anteriores posts Carteles en el Metro y el de Otra de Carteles. Así que si os interesa, para el que no los haya leído todavía, pincháis en los enlaces que os acabo de poner y veis más.
Empezamos con esta instantánea de cierto toque escatológico. Fue tomada en un taxi de Bangkok. Se podría titular PROHIBIDO CUESCARSE. Todos conocemos los peligros de la comida picante... pero os puedo asegurar (con fe de causa) que además la cocina tailandesa es de las que más especias diferentes utiliza. La mezcla de esos alimentos con los jugos estomacales, producen una cantidad importante de gases que obligan a una necesaria evacuación en forma de flatulencias, cuescos, pedos...(o como queráis llamarlos). Os podéis imaginar que dichas emanaciones gaseosas no huelen precisamente a rosas. En muchas sociedades asiáticas, soltar ventosidades puede ser algo tan natural como estornudar... pero parece ser que los taxitas (y me solidarizo con ellos) han llegado a los límites de su tolerancia con los pasajeros.
Los taxistas de ahora no son lo que eran, ya no aguantan nada!! Que se lo pregunten a los de Singapur, donde en sus TEKSIS no puedes entrar echando ningún tipo de aroma a lo que sea. El bocata que no huela, ni se te ocurra fumar... y si te cantan los pinrreles, te jodes y vas a patita, pero en el TEKSI no te puedes subir, y si no os lo creéis, vais al link que he puesto y os fijáis en las afotos. En fin.
La segunda imagen cedida por del bueno de Fede está tomada en uno de los millones de 7Eleven que hay en Tailandia. La titulamos QUE SE TE VEA EL CARETO. La motocicleta es uno de los medios de transporte más populares en ese país. Yo diría que muchos tailandeses nacieron ya con el casco puesto. Es cierto que ves cantidades de gente que aunque no vayan en la moto, no se quitan el casco.... hay que aclarar que de esa manera se protejen del los rayos solares para no quemarse la sesera y además como normamente van dotados de visera tintada, pues les hace las veces de aparatosas gafas de sol. Supongo que aprovechando el anonimato que les otorga el protector de cabeza, se habrán dado bastantes casos de robos y asaltos en las mencionadas tiendas y entonces obligan a la peña a descubrirse para que salgan bien guapos en las grabaciones de las cámaras de vigilancia.
Y la última de esta serie por hoy, está hecha en el mismo Shanghai y habla por si sola. Una mujer que quiera ir al lavabo, se le indica la dirección, pero con la condición de que monte una silla de ruedas y acompañanda por un hombre.... no sé, creo que se han hecho la picha un lío con los dibujitos o que les faltaban (o sobraban) pegatinas, ¿no?
Las vacaciones y un estresante retorno a la vida laboral han provocado que no me haya podido acercar postear. Mis disculpas a los lectores, que son Jelens y cuatro despistados que caen normalmente en el articulillo del tatuador o el de más sobre tatoos, éstos últimos normalmente para dejar comentarios y ponerme a caldo.
Prometo que a partir de ahora, por lo menos caerá un post a la semana, ya que tengo toneladas de afotos e historias en la cabeza para soltarlas por aquí.
Bueno, a lo que iba. Resulta que asiduo a viajar constatemente por razones de trabajo y también de ocio, siempre he tenido la espinita esa de querer dar la vuelta al mundo. La falta, sobre todo de tiempo, ha hecho que mi proyecto nunca pase de meras especulaciones. Pero este verano ha ocurrido... y además sin quererlo.
Invitado a una boda en los USA, me agencié un billete para hacer Hong Kong-New York-Omaha. Sólo el vuelo HK-NY eran ya más de 15 horas, así que ya os podéis imaginar que tras el viaje, se me quedó el culo más plano que el encefalograma de un skinhead.
Yo creyendo que iba a cruzar el océano Pacífico, mi sorpresa vino cuando el avión puso rumbo al norte y no paraba de subir... hasta que llego al Polo Norte y giró hacia el Este... bordeando los hielos durante horas. He leído que dado que la tierra es una esfera, en vuelos muy muy largos, cuanto más al Norte se haga la ruta, la distancia a recorrer es menor.
Siguiendo el recorrido en la pantalla GPS del avión, observé que llegamos a Canadá y entonces bajó hasta Nueva York. Una pasada de ruta y una pena, porque las nubes me impidieron ver el paisaje. Pero la venganza llegó a la vuelta. En esta ocasión el tiempo sí que acompañó y aquí comparto con vosotros algunas de las imágenes más impresionantes que he visto en mi historial de vuelos.
Y además resulta que si a la ida, el avión fue dirección oeste-este, al regresar NY-HK también lo hizo oeste-este, por encima de toda Europa y luego bajando por Ulam Bator, Pekin, Shanghai... es decir, que salí hacia la derecha del planeta Tierra y regresé al mismo aeropuerto pero entrando por la izquierda. Resultado: He dado la vuelta al mundo. Esto, junto con lo de completar una marathon (hice 3 horas y 28 minutos en el Marathon de Valencia cuando tenía 23 años) son dos de los propósitos que más alegría me han dado en la vida... bueno y plantar un árbol también. Ahora sólo me falta el hijo -aunque tengo 5 ahijados- y escribir un libro -por cierto, ¿el cutreblog este no vale como libro?-.
Y como colofón a este post, contaros que para pasar las horas en el avión, me armé de un par de libros, varias revistas y cantidad de pelis para ver en el portátil... pero al final no toqué nada de lo que llevaba. Continental Airlines dota a cada pasajero de una pantalla propia y una selección de juegos, series de TV, música actual y nada menos que 320 películas (algunas nuevas y muchos clásicos) que puedes manejar a tu antojo. Me tragué la trilogía de El Padrino, la de El Señor de los Anillos y también alguna que otra de las que siempre me han gustado, como Único Testigo, Seven, El Silencio de los Corderos, Top Secret, Arma Letal o La Milla Verde. No dormí casi nada... y no fue precisamente porque el vuelo fuera todo el tiempo a la luz del día.
Ale, ataluego!!!