GUANGZHOU, MI CASA

Hemorroides en Hong Kong

AVISO> Post un tanto escatológico. Si sigues leyendo es bajo tu propia responsabilidad (y estómago).

TESTIMONIO REAL

Hola, mi nombre es Lai Tse y soy ciudadano de Hong Kong. Me encanta la comida picante y los alcoholes más duros cuando estoy con los amiguetes, las gambas y mariscos en general (a la plancha), el chocolate (de comer y de fumar), los cacahuetes fritos y el café (pero sólo el de Starbucks). Todo lo anterior, unido a las horas que paso sentado en mi cubículo de 2x2 del centro financiero donde trabajo 6 días a la semana, han contribuido a que tenga unas almorranas del tamaño de un racimo de uvas y de un tono de color, que parecen garrapiñadas.

En Hong Kong, no somos tan flojos como en España y otros países occidentales, que combaten las hemorroides con Hemoal o bien las sufren en silencio, tal y como me ha dicho mi amigo Fernandet que había un anuncio en la tele en el que salía una señora que así lo explicaba: "Antes sufría las hemorroides en silencio, pero desde que conozco Hemoal, no solos las sigo sufriendo, sino que no me importa comentar con mis compis de trabajo lo bien que me lo paso untándome el ojal varias veces al día, ni que me vean el tubo encima de la mesa del despacho, para que se enteren todos de la procesión que lleva una por dentro".

Nosotros, nos saltamos el paso de gastarnos los ahorros en la pomada, directamente lo hablamos de manera abierta y sin tapujos, con otros que también padecen las mismas calenturas provocadas por la dilatación de venas del esfínter anal, en el "Centro de Hemorroides de Hong Kong". Allí, en las sesiones de grupo, cada cual explica los males que padece y cómo los remedia: El yoga, la aplicación de sanguijuelas del Río de la Perla o de adobe fresco para la construcción... han sido algunos de los medios paliativos para mis ardores que he descubierto por asistir a las reuniones en el Centro. Cada vez que voy, me cuesta sólo 900 HKD (90 euros), a los que hay que sumar los 3000 HKD (300 euros) que pagué por la matrícula para hacerme socio distinguido con derecho a opinión, pero es que Hong Kong es caro de cojones, ¿qué le vamos a hacer?

jijijiji... pido disculpas a los que de verdad padecen de hemorroides, supongo que es una lata de las más desagradables, pero es que yendo en un taxi, vi el anuncio en un autobús y no pude resistir el maquinar este post. Ale, el próximo os cuento mi paso por Kuala Lumpur.

Saludotes miles.