Sí... ya ha empezado la matraca del Mundial, y por si alguien en Guangzhou no se había enterado (lo dudo) el viernes salía a las 8 de la mañana de mi casa y cuando bajaba por la cuesta que lleva a la parada del bus (sí, yo uso el transporte público chino), empecé a escuchar un sonido de tambores y cánticos que parecían proceder del rincón más profundo del Serengueti. Restregándome los ojos (¿estaba soñando todavía?), no podía dar crédito al encontrarme a las puertas del 7 Eleven dos negros ataviados con túnicas étnicas y armados con sendos bongos. Les escoltaban a los lados dos chinas jovencitas vestidas de animadoras.
Eso sí que era una matraca. Patrocinados por Coca-Cola, aquel inaudito cuarteto montaba un escándalo de cuidado. No obstante, a los transeuntes parecía encantarles, y no faltaban las señoras que se acercaban con sus bebés para hacerse una foto... y lo que no eran señoras con bebé, también.
Es prodigioso lo mucho que nos agilipolla el fútbol y más todavía cuando se celebra un evento como el Mundial. Es bien sabido que a la humanidad le entusiasma seguir el fútbol profesional, fenómeno que me sorprende, pues hay mucha gente que desconoce las reglas más elementales de este deporte y sin embargo, son capaces de cometer suicidio o al menos dejarse la verguenza en casa por "su equipo favorito" o más bien "su jugador favorito"... y si no sabéis de qué os hablo, os invito a que meditéis sobre el tema cuando saquen por la tele esas imágenes de las gradas de los estadios, en las que salen forofos y fororas disfrazados (más que en Carnaval) y pintarrajeados .
Por supuesto, no me invento nada elucidando que la culpa de tales comportamientos la tienen las grandes marcas comerciales que invierten en publicidad y que al final, consiguen hacer de nosotros un buen rebaño de borregos.... pero bueno, como el ser humano siempre ha tenido algo de masoquista y tendencias autodestructivas, está claro que estamos conformes y nos regocija tal condición.
Y no sería justo echarle la culpa sólo a las grandes multinacionales, que junto a las televisiones, ponen la mayor parte de pastuki en toda esta mascarada. Los medios de comunicación también tienen la suya. Alucinadito me quedé ayer cuando leí en el Marca la siguiente noticia: "El autobús de los periodistas españoles choca contra un puente en su llegada a Sudáfrica". "Los reporteros se llevaron un tremendo susto al creer que estaban siendo apedreados". "La parte trasera del techo del autobús fue arrancada de raíz y quedó un agujero de un metro de diámetro · No hubo repercusiones físicas".
Ojito a la foto de la "parte trasera del bus arrancada de raiz"
Iba a hacer un comentario al respecto, pero leyendo los que dejan los lectores en la noticia, me he topado con uno que rebosa de genialidad (de un tal Canso81):
"Si, tremendo agujero en el techo, exactamente igual al que tienen el 95% de los autobuses en España. Lo malo de todo eso es que si lo quieres en el coche encima tienes que pagar una pasta. Acaban de llegar y ya estan dando la nota, pobres sudafricanos, la que les ha caido encima. Que sera lo proximo? denunciar que "encañonan" a Cristiano con una vuvuzela laser? hablar del canguelo de los brasileños? denunciar el Blatterato? dar la paliza a los pobres sudafricanos hasta que les digan que adoran a Mou desde niños? Seguiremos informando marquistas".
Pues eso... hay periodistas que parece que no hayan salido nunca de su casa. Menudos corresponsales nos han tocao, pero vaya si hacen muy bien su trabajo, ya que si no hay noticias ni polémica, pues se la inventan y ale!!! a llamar la atención y generar expectación, que es de lo que se trata!!!. En fin, tenemos lo que nos merecemos.
Y a propósito de la llegada del Mundial, me acabo de acordar que llevo desde el año 2006, proponiéndome colgar algunas fotos de mi visita a Kaiserslautern cuando asistí a ver aquel intrascendente (España ya no se jugaba nada, más que la honra) España-Arabia Saudí, de la que ya os hablé en el cutrepost "Opa... Me Piro pal Mundial", y que ya que nos hemos metido de nuevo en ambientes futboleros, aprovecho para por fin, dejar mi promesa cumplida.
Recuerdo de aquel partido que aunque ganó España, fue infame de solemnidad. Lo más anecdótico que pasó, es que Luis Aragonés puso a Cañizares de portero titular como despedida a sus convocatorias con la Selección Española. Santiago Cañizares, con la falsa modestia que siempre le ha caracterizado, cuando acabó el partido se retiró el último a los vestuarios, a paso muy lento para quedarse solo en el campo... es posible que lo hiciera para saborear bien esos últimos momentos y muy probable que también lo hiciera para acaparar la atención de los espectadores. Así es: Daba la impresión de que el bueno de Cañete estaba esperando una ovación por parte del público español en agradeciemiento a su ¿abultada? carrera como jugador de la selección. La inmensa mayoría de público estaba ya dándose codazos buscando la salida del estadio, por lo que el caso que se le hacía a Cañizares era omiso. Sin embargo, las cosas como son... fue un profesional defendiendo nuestros colores y se lo merecía, así que me tragué mis prejuicios y con sinceridad me puse a aplaudir su camino a los vestuarios, gritando también su nombre... he de reconocer que berreo con gran potencia y estoy seguro de que por la próximidad a la que me encontraba, Santi Cañizares me escuchó, pero en su línea de orgullo no me dirigió ni gesto ni mirada de correspondencia. No sé por qué, pero me quedé un poco apagado, con cara (me repito de nuevo) de gilipollas, sí, pero me lo merezco por borrego... eso sí, ahora ya he aprendido y la próxima ocasión, que aplauda el dueño de la Coca-Cola.
Este lunes viajé a la exótica (al igual que excitante) provincia de Shanxi, en la hermosamente (gris) ciudad de YunCheng. Como dato referencial del galmour que se gasta por aquella zona, la urbe tiene el aeropuerto más pequeño y modesto de todos los que he aterrizado en China.
Solo pasé allí jornada y media. Aunque a priori nada más pisar el suelo de YunCheng te pueden dar ganas de pedir billete de vuelta a tu origen en el siguiente avión, y gritando un "aquí se va a quedar a dormir Rita la cantaora de ópera de Sichuan", tantos años por rastrojo me han inculcado la virtud de la paciencia, el pensar que las cosas (y más si son por trabajo) nunca se deben de juzgar a la ligera, sino que hay un darles un voto de confianza y agradecerles el factor sorpresa que suele llegar cuando menos te lo esperas. Y así ocurrió, el corazón me dio un vuelco de alegría cuando en el restaurante donde comí, me encontré de nuevo con un WC Imaginativo. Hace ya 4 años de aquella historia... y para celebrar tan magna convergencia, vuelvo a recordar aquel texto tan acertado. Que ustedes lo disfruten.
Queramos o no, uno de los lugares que tenemos que visitar diariamente, viajemos o estemos en casa es el WC. Para muchos es un acto íntimo, la sublimación de la individualidad. Una parcela de la vida que no queremos compartir ni siquiera con las personas más allegadas. El momento más vulnerable de la jornada. Al WC se le exige cada vez más, es la prolongación de nuestro ego. Ya no es un lugar sólo para el uso, sino para huir del estrés diario, reencontrarse con uno mismo, y de algún modo, cargar las baterias que necesitan nuestro cuerpo y espíritu. Es posible que dentro de poco digamos "Dime donde ca____, y te diré cómo eres"
Esta sentencia es una fuente de negocios para los fabricantes. Los inodoros cada día son más complicados e inteligentes. Algunos reconcen a las personas por el análisis de la orina. Toto es el fabricante mayor del mundo, su página web no tiene desperdicio. Roca tiene otra página en la que no escatima imaginación en hidromasajes, grifos e inodoros. Pero lo que más me gustan son los nombres de sus colecciones: Dama Senso, Hapening...
Sin embargo, la visita al WC que más me ha hecho reflexionar, ha sido en Chegndu, en plena avenida de Ren Min Nan Lu, cerca del estadio deportivo. Era una anodina tarde de finales de abril, como tantas otras. Decidí detener el tiempo, y sentarme a beber un té al aire libre. Después de rellenar el vaso de agua varias veces, surgió lo esperado, la necesidad inevitable de eliminar líquidos, o de relajar la vejiga.
El WC estaba escondido. Pero valió la pena la lucha por su búsqueda. Estaba en un pasillo angosto. Era geométrico, de baldosas rosadas, y con dos papeleras, de color carmesí, en los rincones. Fue mi encuentro con el primer WC de uso DUAL, mejor que doble, en mi vida. Este uso me dejó perplejo, casi irresoluto. Mirando la foto, es como si solo hubiese uno, y el otro fuese su reflejo en un espejo imaginario.
No acababa de asimilar el uso del WC DUAL, la versión sanitaria del sofá de dos plazas. Una tarjeta de invitación para compartir con alguien tus actos más orgánicos.
El WC Dual tiene una lista de ventajas frente al individual, que voy a tratar de describir, pero que dejo abierta la lista para que otros lectores puedan completarla.
1. Al entrar, uno puede encontrarse con algún actor famoso usando una de las partes del WC Dual. Luego si te preguntan : ¿Conoces a Silvester Stallone? Siempre puedes responder: Sí, cag____s juntos en Chengdu.
2. En medio de una importante negociación, si la contraparte decide ir al WC para ganar tiempo, puedes acompañarle y en cuclillas seguir "presionando" con tus argumentos.
3. Si eres una persona de la vieja escuela, y entras con una dama, siempre puedes llevar al límite las buenas maneras y aunque en posición agazapada, puedes decir: "Ladies first".
4. Si los residuos alimenticios rehúsan a recorrer con fluidez el último tramo digestivo, el vecino siempre puede alentarnos: !Animo¡ !Seguro que a la tercera lo consigue¡.
5. El WC Dual sirve de medida disuasoria con aquellas personas que utilizan la soledad del WC para realizar actos mezquinos o insanos.
6. Dos por el precio de uno. Un ejemplo de ahorro y frugalidad.
Fuera de prejuicios, sólo veo ventajas en el WC DUAL. Es una pena que no conozcamos a su anónimo diseñador, pero seguro que será uno de esos seres visionarios y utópicos que uno se tropieza cada día por la calle sin darse cuenta. Es una pena que no lo haya patentado, porque pronto veremos como surgirán los plagios en restaurantes de lujo, aeropuertos y clubes deportivos.
El WC DUAL despertó mis ideas, y éstas las palabras.
Mi amigo Gerardo Tai, que es peruano pero nieto de chinos, me contaba recientemente las excelencias del pabellón de su país en la Expo de Shanghai... sobre todo en el apartado gastronómico. Tal y como auguraba hace dos años un diario de Perú, parece ser que los peruanos han pasado (por fin) de presentarse por el mundo con la imagen típica de poncho a rallas y flauta de cañas (similar a la que damos nosotros de flamencos), y se han centrado en algo que a mí por lo menos me ha sorprendido porque lo desconocía totalmente... su comida típica, por lo visto variada y muy sabrosa, según me detallaba (mientras salivaba al recordarlo) el bueno de Gerardo. Espero comprobarlo por mí mismo cuando me pase por ese pabellón el día que visite la Expo... que por cierto, recientemente y por casualidades de la vida, me ha surgido una oportunidad que no debería despreciar para acudir el mes que viene, coincidiendo con la Semana de la Comunitat Valenciana en el Pabellón de España. Ya os contaré. Desde que se inauguró la Expo he estado dos veces en Shanghai y la semana que viene pasaré por allí otra vez, pero por el trabajo sé que no voy a tener tiempo de acercarme, así que haré lo posible porque no se me escape la cita de julio.
A finales de abril estuve en Shanghai también y coincidía justo con la recta final antes a la inauguración. La ciudad estaba engalanada con montones de banderas del país, lo que me llamó gratamente la atención.
Imaginad una ciudad española en la actualidad celebrando un evento así. En algún caso sería impensable ver la enseña nacional y en el mejor de los casos, no podría aparecer sola, a no ser que fuera siempre acompañada por la de la Comunidad Autónoma, de la región, de la comarca, del ayuntamiento local... la de la madre del alcalde y del equipo de futbol que ganó la última liga. O la farola mide 20 metros o no cabría tanto estandarte. En la España de hoy en día parece que todo lo que sea unidad en sentido amplio, suene feo. Sólo escribir "enseña nacional" ya hace que os imaginéis que estoy tecleando vestido con camisa azul, escudo de flechas y yugo bordado en el bolsillo y luciendo un bigotito fascioso, ¿verdad? Pues así nos va... en fin, no me voy a extender mucho más en este tema, que me caliento.
Para cambiar de tercio, os contaré que en Shanghai se ha renovado la flota de taxis, introduciendo un nuevo modelo. Los taxis de casi toda China, en los últimos 5 años han sido liderados por el modelo Passat (o parecido) de Wolkswagen. El mismo que os presentaba en la foto que encabezaba mi post desde Chengdu en 2004 "La Emoción de Pillar un Taxi".
Se ve que ahora, para diferenciarse un poco y darle al viaje en taxi un rollo más cosmopolita y galmouroso, en Shanghai han metido este tipo de fregoneta (o menovolumen) que me recuerda a los clásicos de toda la life en Londres.
Aunque también de marca Wolkswagen, no dejo de sacarle parecido con el viejo Austin que circulaba por la capital inglesa y más todavía con sus sucesores actuales.
Hace unos 4 o 5 años en Londres, salí de un garito a altas horas de la madrugada, y como el metro ya estaba cerrado, me tuve que agenciar un taxi de estos. La carrera en cuestión me salió más cara que el billete de avión a Valencia. El mes pasado, el taxi de Shanghai al aeropuerto de PuDong me salió mucho (pero mucho mucho mucho) más económico. Algo así como 100 Euros-20 minutos frente a 18 Ebros-45 minutos.