GUANGZHOU, MI CASA

Hawaii Será un Paraíso.... Bombay NO

La semana pasada chateando con mi colega Pitu, me decía que había estado repasando los correos que enviaba yo a los amiguetes hace casi 10 años. En aquel tiempo mi casa estaba en la India, el uso del correo electrónico era todavía poco popular y los blogs casi no existían. Por aquel entonces yo escribía "crónicas" que enviaba a familia y amiguetes en un mail con copia a 20 ó 30 personas.

Un buen día mi Hotmail se plantó, petó y dijo que no se abría más. Mi poca precaución de salvar las historietas hizo que muchas de ellas se perdieran para siempre... o al menos eso creía yo. Gracias a Pitu ahora he recuperado unas cuantas que ella sí tuvo a bien conservar, como la que aquí os copio ahora. Es del 29 de octubre de 2001. Muchas gracias Pitu!!! Un beso grande!!

Hawaii Será un Paraíso.... Bombay NO

Ana Torrija cantaba en Mecano una bonita canción sobre Hawaii y Bombay, con una letra que rimaba pero que decía verdades a medias. En mis dos visitas a Bombay me he dado cuenta que el "New York de la India" (como dice algún indio rico y sobrao, adjetivos inseparables en este país) quizá sea más moderna que Delhi, pero la decadencia tercermundista es demasiado evidente para calificarla de "paraíso"... vamos hombre, no me toques los huevos... ¿cómo estos chicos de Mecano llegaron tan lejos? ...

Para empezar, he averiguado dónde está la carpa que le embargaron a Ángel Cristo... la tienen el Bombay y la usan para albergar ferias. Sí, en un descampado la montan, ponen un suelo de palés de madera cubiertos con una moqueta tiñosa, unas letrinas de fibra de vidrio como las de los conciertos de Fallas y... ya tenemos recinto para INDEX, la feria de construcción y decoración más importante (dicen) de la India... pues eso.

Bombay se localiza en una pequeña península estirada como Italia, pero en vez de forma de bota y siguiendo la idiosincrasia del país, tiene forma de chancleta raída. El tráfico es caótico y los trayectos implican normalmente una hora de sudores y padecimiento, como mínimo y si hay suerte. El estado de los vehículos de transporte público es el más castigado que he visto. Hay que ver cómo están los taxis. Si en Delhi el modelo estándar es el Ambassador (un híbrido entre una tanqueta antidisturbio y el hermano mayor del Wolkswagen escarabajo), en Bombay el taxi es el hijo pequeño del Seat 1500... con la palanca de cambios debajo del volante y todo. Y los taxistas, los personalizan con mucho arte y cuando viajas montado en ellos, te trasladas entrañablemente a la película "Mujeres al borde de un ataque de nervios", al taxi de Guillermo Montesinos, con el aliciente de que la conservación de los interiores está bastante descuidada, y es que yo creo que además de dedicarse al transporte de personas, también llevan animales... cabras que pegan bocaos a la tapicería, monos que se cuelgan del techo y dejan el forro lleno de agujeros cual desconchones en una pared pintada, pollos que lo dejan todo lleno de cagadas y otros bichos asin...

Una de las cosas que más me han gustado de Bombay, es el paseo marítimo, de un huevo de kilómetros y que lo tienen medianamente bien mantenido. Es agradable después de tanto tiempo volver a ver el mar. Por el día caminas apaciblemente, y la brisa marina que acaricia suavemente tu cara y que te hace cerrar los ojos para sentirla con mayor intensidad, se ve interrumpida en el momento de más placidez por un leproso que te estira del camal del pantalón con los dos dedos que le quedan o por un enfermo de polio con las piernas atrofiadas que montado en un carrito impulsado con sus brazos, se acerca vertiginosamente hacia ti sorteando obstáculos con la habilidad de un skater californiano y pegando gritos pidiéndote alguna rupia... ¡Realmente una situación paradisiaca!... el placer se amplifica cuando consigues evadirte espiritualmente abstrayendo el pensamiento al fijar tu mirada en la línea que el mar dibuja en el horizonte... sobre todo porque si observas tu orilla, lo único que ves son tíos cagando entre las rocas o mujeres que han puesto un chiringuito cerca del agua y están lavando ropa... menudo invento... con la sal y la mierda que lleva el agua las camisas seguro que quedan bien almidonadas... cojonudo... creo que ahora en la Malvarrosa, al lao de L'Estimat hay también montadas lavanderías...

Pero amigos, el paseo marítimo de Bombay da mucho juego, y con llegada de la noche somos obsequiados con una nueva situación a describir... tras una copiosa cena, alguien sugiere dar un pequeño voltio y bajar comida. Parece que hay menos movimiento que a la luz del día... suponemos una idílica calma que acompañará nuestra ronda nocturna. Efectivamente los pobres y miserables han finalizado su jornada y ahora, cubiertos con mantas hasta la cabeza dormitan en el suelo formando hileras en grupos de unos veinte individuos... de momento nada sorprendente para donde estamos, hasta que advertimos unos "conejos peludos y engordados" que corretean por la acera, brincan por encima de los que descansan tumbados y trepan por los árboles... hasta saltan de rama en rama a velocidades vertiginosas. Nuestro paseo finaliza al darnos cuenta que los conejos peludos y engordados son ratas tamaño XXXL...

Cuando mi avión despega rumbo a Delhi, observo cómo se alternan los edificios gigantescos con inmensos barrios de chabolas... Aquí se nota más modernidad que en otras ciudades de la India, pero las diferencias y contrastes que encuentras, son también más impactantes.

Abrazos, Fernandet.

Timo de Satay

Entra un tío en una marisquería donde en el escaparate había unas peceras enormes con langostas vivas que daba gloria verlas:

- Buenas, póngame un plato de langosta.

El camarero le trae un plato que daba pena. Una cabeza de gamba que ya estaba chupada y tres patas como de cucarachas pintadas de rojo y que parecían haber sido pisoteadas por una manifestación multitudinaria.

- Oiga, ¿Esto qué es?

- Es la langosta, caballero. No dude, por favor, que en nuestro restaurante todo el marisco es fresco y a ésta la acabamos de sacar del vivero. Ya sabe que estos bichos se pelean entre ellos cuando están en cautividad y a veces quedan un poco perjudicados.

- ¿Ah sí? Pues vale, a mí sáquenme la langosta que ha ganado la pelea.

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Valga el chiste malo como introducción de este cutrepost y en relación con lo que voy a contar a continuación. Resulta que estaba yo en Singapur con Mauro hace unos meses y paseábamos por chinatown. Aquel barrio es un zoco lleno de tenderetes y restaurantes callejeros donde se puede pasar una tarde de lo más amena. Mauro y yo cansados de patear y regatear comprando en los tenderetes las típicas mierdas que ofrecen, decidimos sentarnos a comer algo.

Me llamó la atención la afoto del Satay, los típicos pinchitos que según dicen, son de origen chino pero que en la actualidad se consideran un snack propio de Malasia, Singapur, Filipinas o Tailandia. Yo llevaba un hambre propia de llenar un estómago de triple fondo, pero es que la foto en del menú me hizo acrecentar exponencialmente mi apetito y me puse a babear como un San Bernardo (la raza perro, no el Santo Varón).

Observad amiguetes la sutil diferencia que hay entre la imágen del menú y la cruel realidad. Mirad lo que me trajo la camarera, que dejó el platico sobre la mesa y salió disparada cuando vio que mis ojos tomaban un cariz sorprendido y decepcionado a la vez.

Mucha matraca con lo buenos que están los Satay y la gente recomendando que si vas a Malasia o Singapur, no te puedes marchar de allí sin haber comido Satay.... y luego me encuentro con el Timo de la Estampita versión mollejas de carne seca ensartadas en un palillo.

No pude evitar soltar un "en la foto son mucho más apetecibles". Mauro reía y una pareja de jubilados americanos en la mesa contigua que entendieron (o intuyeron) mi español, también se deshuevaron lo suyo. Seguramente aquellos abueletes yankis estarán acostumbrados a que les den gato por liebre en los fastfoods que abundan en su país (ver este link y este otro link), pero he de reconocer que yo me llevé un buen chasco.

Vayamos al grano. La modalidad de asar carne, pescado o vegetales pinchados en un palo, ya debía practicarla la familia Atapuerca hace algunos milenios. Es una manera de cocinar que con sensibles diferencias, contemplan prácticamente todas las culturas del mundo mundial y destacan sobre todo las árabes. En España es normal el nombre de "Pincho Moruno", aunque casi siempre son de carne de cerdo y ya sabemos que ese animal no es precisamente el preferido por los musulmanes. En sitios pijos y donde te quieren clavar un ojo de la cara por los pinchitos, se empalan alternados unos trozos de pimiento y cebolla, de paso les quitan carne (que es lo más caro) y se les llama elegantemente "Brochetas".

A lo que voy es que mucho bombo con el Satay y sus miles de variedades, y esta gente no ha inventado nada, más bien lo ha degenerado.. Si son poca cosa, por lo menos que los cobren también a un precio asequible, porque aquellas tentativas de pinchos que me comí en Singapur, me los cobraron a costo de Jabugo... por mi parte, en Asia, siempre me quedaré con los pinchitos en puesto callejeros que se cocinan por toda China. Sobre todo los que se degustan a altas horas de la madrugada cuando uno sale por ahí a tomarse un Fanta y entre garito y garito te da la gusa.

Saludotes!!