Ya mismo me vuelvo a Hong Kong y de allí a mi querido Chengdu. Han sido 8 días en Tokio de trepidante aventura aunque la verdad, también he estado un poco de relax y sin demasiado afán turístico, principalmente por dos motivos: 1) Llegué aquí bastante reventado y necesitaba un poco de vida sedentaria, y 2) Salir a la calle en este país a implica automáticamente ir soltando yenes cada cinco o seis pasos que des (hay quien dice que los sueldos en este país son altos, pero sólo ahorrarás siempre y cuando vivas encerrado en casa todos los días cual refugiado albano-kosovar).
Pero bueno, el caso es que lo poco que he visto me ha dado para escribir muchas historias, y la faena se me acumula, así que voy a meter un puñao de fotos en este post para ir adelantando faena.
En mi último y paupérrimo mensaje, os decía que escribía desde un pub en mitad de Tokio
pues era cierto, y si bien cometí algunos errores tanto gramáticos como ortográficos, era porque el local estaba muy oscuro, ya de madrugada y yo estaba muy cansado. Mirad aquí abajo el juguetito con el que me estaba conectando, cuya principal misión consistía en que los clientes se acercaran al computador en cuestión y pincharan las canciones que quisieran. Desde luego que estaba prohibido enchufarse a Internet desde aquello porque únicamente se debía usar para pinchar música, pero ese veto me lo pasé por el forro y os quise escribir lo que luego salió como el post de Tajao y que se puede leer después de este.
Yo que soy de culo inquieto, al tener aquella Juke-Box en mi poder y perdida la vergüenza de hacer amigos (o enemigos) en Japón, me dedicaba a, no sólo poner las canciones que me daba la gana, sino a cortarlas a mitad según me lo pidiera el cuerpo, para sufrimiento del personal y clientela allí ubicado. Aún así y bajo alguna esporádica queja de gente no entendida, creo que les caí bien, o al menos eso parece que delata la foto de más abajo en la que salgo flanqueado por Nobuko a la diestra y Sor Citroën a la siniestra.
En Tokio me ha llamado la atención la cantidad de emigrantes españoles que hay, haciendo una de las mejores cosas que sabemos hacer: montar bares. Y hay una pareja de tunos que vinieron por primera vez hace muchos muchos muchos años con su Universidad (y parece que se han quedado para siempre), que amenizan con sus rondas por todos estos locales hispánicos. Los tunos siempre me han caído bastante mal, pero he de reconocer que estos dos que he conocido en la capital del Japón, son muy majetes y se portaron muy bien conmigo presentándome a la fauna local. Alguien dirá que no son tunos de verdad porque no estudian, pues efectivamente ellos mismos ya no se consideran sólo tunos, sino que autocalifican como un grupo de música y ofrecen bolos por los bares y restaurantes. Tienen hasta su propia empresa registrada y han ampliado la variedad del negocio a otros campos, además del de la lírica callejera española. Chapó por ellos. A ver si aprenden los eternos tunos que pululan por las calles de Santiago de Compostela y tienen huevos de reconocer que ya no son tunos de verdad y se jubilan de una puta vez, o se profesionalizan como han hecho estos.
Los japoneses se lo pasan en grande en los restaurantes españoles y bailando al son de las canciones de la tuna, aunque apesten a naftalina (tanto las canciones y los trajes que me llevan). Pero si tanto explotamos lo que más nos piden, al final que nadie se cabree porque en el mundo civilizado a los españoles se nos conozca por lo que se nos conoce y que casi nadie nos quiera tomar en serio.
También quería comentaros que como en Tokio está todo tan masificado y se quiere aprovechar tanto el espacio, han inventado la cisterna-lavabo. La foto es bastante representativa y no hace falta mucha explicación de en qué consiste, pero este equipamiento te lo encuentras en muchos bares y restaurantes. Vaya complemento perfecto de pulcritud y pundonor al Toillet del que os hablaba hace unos días. Y es que el pueblo japonés se preocupa de todo hasta el último detalle, incluyendo el de proceder a la emisión de aguas mayores y menores.
Y hablando de economizar el espacio, hay que joderse, al principio me extrañaba el por qué de lo bien que fluye el tráfico en Tokio y los atascos desesperantes a morir que se viven en otras ciudades de Asia que he visitado, pero al poco di con la respuesta: Si hay que descongestionar y se tiene que construir una autopista por donde sea, aunque sólo tenga uno o dos carriles, se construye. No importa que la abuelita Doña Kimura, no pueda volver a tener silencio en su hogar o avistar el mar desde su casa de toda la vida.
Para acabar, las máquinas expendedoras. He leído que en Japón hay más de 20 millones. Las que más abundan son las de tabaco y las de bebidas (frías y calientes) y snacks. Me sorprendió que en una de ellas vendieran tabaco chino.
Ale, a la vuelta por Chengdu cuento más.
Bueno, No escerribo mucho porque estoy en medio de Tokio en un pub y no me sale nucho ke escribir, Ya os kuento maniana,
Besos
AVISO: Post con "cierto" contenido escatológico (o sin el "cierto").
Uno de los principales motivos por lo que he venido de visita a Japón, es por ver a mis amigos MJ y J y mi querida sobri Isabelita. Precisamente el pasado lunes 17, MJ dio a luz a su segundo hijo pero no de forma natural, sino por cesárea.
El martes cuando llegué, del aeropuerto fui a la casa de ellos directamente y tras dejar las maletas, al hospital para ver a Pablito (que así se llama el bebé) y su mamá. Ni que decir que los viajes de más de tres horas en el avión, especialmente si salen muy temprano por la mañana (me tuve que levantar en Hong Kong a las 4 y media de la madrugada) y en los que hay cambio horario, me suelen provocar (con bastante seguridad), una buena descomposición estomacal. Si a lo anteriormente unimos que en la parada que hicimos en la casa, me soplé dos cervezas con J, al poco de llegar al centro sanitario, tenía unos retortijones que probablemente hicieron alterar el registro de algún sismógrafo de la zona.
Como no podía aguantar más, me dirigí a los aseos y me encontré con ESTO:
Al ver aquella aparatosidad, con cables y botones, creía que me había metido en el baño para minusválidos o yo qué sé, pero al comprobar las tazas de los compartimentos contiguos, me di cuenta de que todos eran iguales.
Estos tipos de taza y tapa son de lo más común en Tokyo y ya los he visto en otros locales y establecimientos abiertos al público. La tapa lleva incorporada un sistema de calefacción que te calienta las nalgas y a la vez te va estimulando para que los momentos posteriores a sentarte se disfruten con mayor intensidad. Al apretar los botones, sin que te muevas, surgen una serie de manantiales de agua tíbia, pura y cristalina de no sé dónde (ni voy a meter la cabeza en la taza para averiguarlo) que te dejan tus intimidades como una patena. Por lo que el último paso es secarte un poquillo con un papel y vuelta a la actividad que estuvieses haciendo, con una sensación de limpieza y comodidad digna de anuncio de compresas.
Debe de ser caro, pero ojalá estos aparatos se exportaran en millones de unidades a otros países de Asia como la India... mira que les irían de maravilla, y yo sé bien por qué lo digo.
Mañana o pasado o al otro, más cositas.
Moshimoshi!!! ("Hola")
Llevo unas 24 horas en Tokio y tengo una docena de temas para historietas con las que os podría deleitar... pero como quiero publicarlas con afotos y mañana acudiré a un conocido establecimiento a comprarme una cámara digital y jubilar ya de una vez la mierda que compré en Hong Kong hace un par de años, pues ya os cuento...
Me voy a dormir porque realmente lo necesito... menuda la que liamos anoche en un garito llamado "El Castellano", regentado por un toledano llamado Vicente. No os penséis que era un restaurante lujoso con camareros de guante blanco y tal, no no. El local tiene un área de unos 30 metros cuadrados, un aforo de unas 15 o 20 personas como mucho y más mugre que el palo de un gallinero, elemento éste último que le da el toque imprescindible para catalogarlo como auténtica Tasca española. Está atendido por el propio Vicente, un hombre de edad bastante avanzada, calvo con gafas, camisa blanca, pantalón negro y luciendo un barrigón prominente que asoma por encima de un fajín rojo anudado a su cintura. Tiene otro tío (también español) vestido de tuno y armado de una guitarra, rondando a las japonesas toda la noche... y ellas encantadas y yo asqueao, que siempre he sido enemigo de la tuna, aunque reconozco que luego el tuno este resultó ser un tipo muy majete... además, me comí los mejores huevos con chorizo en mucho tiempo... esa ha sido mi primer encuentro con la gastronomía en tierras japonesas: Huevos con Chorizo.
Mañana mismo más relatos incluyendo documentos gráficos.
Sayounara!!!
Pues tenía unas historias cojonudas pa contar hace unos días, pero es que un hacker de esos de mierda se metió en el servidor de zonalibre.org e intentó hacer el paleto y joderlo todo y se quedó el servidor todo bloqueao... me cago en su putísima madre. Si quieren joder que puteen a los gobiernos o a las multinacionales, pero nosotros somos pobrecillos usuarios de la red, copón!!!
El caso es que mañana me piro a Hong Kong a una entrevista de curro y el martes a Tokio de vacaciones unos 10 días porque estoy muy estresao y necesito un descanso... jojojojo.
Ya os cuento más historietas desde allí.
Ale, abrazos para todos y besotes en las nalgas para todas.
Fernandet.
En la India corrí un riesgo muy grande cuando me decidí a comprar una Cinetic Honda y circular por las calles de Nueva Delhi. A aquella moto le saqué un gran rendimiento, aunque la iaputa me dejaba tirao cada dos por tres. Una vez se me paró a las 2 de la madrugada a las afuera de la ciudad, en un barrio sin otra iluminación que las hogueras de los habitantes (unos 1000) de las chabolas al borde de la carretera. No me pasó nada, pero me acojoné bastante y tuve que andar un par de kilómetros con el amoto hasta dar con un edificio donde el guardia de seguridad (llamados chokewdare) me la guardó por una propinilla hasta el día siguiente para llevarla cuando abrieran algún taller.
Desde entonces (tres años ahora), no había tenido vehículo propio, ni siquiera una bicicleta: medio de transporte más popular (que no preferido) en China. Pero el caso es que Dani, un compañero de aquí, de Madrid, que era también estudiante, se volvió (como el Almendro) a casa por Navidad. Compró de segunda mando una amoto eléctrica que no contamina nada por 900 yuanes (18,000 pesetas o por ahí, me niego a hacer la conversión a Jeuros) y al marcharse se la vendió a Irene (amigueta uruguaya) por 700 yuanes. Pero como a Irene la han cogido por sorpresa y de repente, en el consulado italiano de Guangzhou para currar (Irene habla perfectamente cuatro idiomas- español, italiano, inglés y chino), pues me la ofreció en el último momento
y he pagado por ella 500 Maravedíes chinos (vaaa, convierto: 45 jeuros o por ahí).
Aparqué la moto cerca del portal de mi casa, dentro de la urbanización, al lado de las escaleras donde hay también algunas bicis y a los dos días de ponerla ahí, bajo de buena mañanita a cogerla y me doy cuenta que a mala follá me han destrozao los dos retrovisores y me han rayado con algo por todas partes la carrocería (de plástico) de mi máquina. Tengo dos posibles causas del por qué de este acto de vandalismo:
A.Hay mucho envidioso y borde suelto por ahí.
B.El encargado del garaje (un puto almacén cochambroso donde se apilan mierda y ratas a la par) me la ha jodido para que haga uso de su servicio y pague la correspondiente cuota (10 yuanes al mes, unas 160 pesetas)
Por mi experiencia en estas lindes, estoy casi seguro que el motivo de la cabronada corresponde con la posible causa B. Ya le había pasado a Dani alguna vez, cuando había dejado la moto en la calle en zonas no habilitadas para el aparcamiento de bicis y motos. Pues me cago en la puta que no voy a pasar por el aro: Ahora me la subo a casa en el ascensor y a tomar por culo!!! Problema resuelto.
Esto de las putadas en vehículos ajenos aparcados, ya sabéis que existe en todos los países del mundo. Me consta por los periódicos de la Internet, que en España, cada dos por tres arden coches por las noches. En tiempos de cuando mi abuelo era joven y los tapones de gasolina de las motos no tenían cerradura, se llevaba mucho lo de griparla, que consistía en echar un kilo de azúcar en el depósito. A un conocido mío, casado y con cuatro hijos, que le puso los cuernos a su mujer con la secretaria, le rayaron todo de su flamante BMW, le machacaron los retrovisores (como a mí) y le pincharon las ruedas
aunque todavía no sabe si fue su ligue o su mujer (ahora ex-mujer). En fin.
Pues esas cosas me parecen de cobardicas. Si le haces una putada a alguien que te ha jodido o que simplemente te cae mal, hay que ser más original: Mancharle de mierda las manillas de las puertas del coche o echarle aceite de sardinas en el sillín de la moto sería algo que puedes contar luego a los colegas para que, sin realmente hacer daño serio ni económico a nadie, además te eches unas risas. Yo nunca haré cosas asín.
Para acabar, me he enterado que ya son rebajas en España!!! Yuhuuu!!!, venga, a echarle aceite a la Visa y rematarla después de lo que la debéis haber torturado estas Navidades. Por cierto, que Las Provincias publica una afoto de las rebajas que me descojono: Un chino entra de los primeros en el Cortinglés y una abueliya a su lado que parece que esté huyendo despavorida
jajaja Que no muerden, señora!!!!, que yo vivo con muchos alrededor y son buena gente!!!" Jojojo.
Saludotes.
Joer, menudas dos semanas me he pasao
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Espero recuperarme pronto. Estos chinos son la polla, en Nochebuena parecía que iba a ser la última fiesta de sus vidas. En serio, además salió muchísima más gente que el día de Nochevieja, aunque tampoco se quedaron cortos en esa última festorra del 2004 y primera (las dos juntitas) del 2005.
Os preguntaréis que cómo es que los chinos celebran la Navidad tan a saco, si no les toca nada la cosa religiosa. Pues para no repetirme, os remito a mi post Fiestas y Celebraciones sin Fronteras del pasado 30 de noviembre. Y además, no me jodáis que la cosa religiosa también en España se está yendo cada vez más de varas por cada año que pasa, que hay niños que confunden al Papanatas Noel con el Rey Baltasar o cosas asín. Leyendo el post que he linkeado en este, seguro que lo entendéis como lo entiendo yo, aunque es cierto que hay cosas que se pasan tres pueblos de la lógica. Os cuento.
En Chengdu y no lo he visto en ningún otro sitio, los chinos en vísperas de la Nochebuena y ese día sobre todo, se compran mazos, bates, martillos y manos hinchables de considerable tamaño y se van arreando porrazos cuando se cruzan con otros por la calle, en las tiendas, los restaurantes, los bares, las discotecas
aunque no se conozcan de nada. El año pasado, en serio, tres personas fueron a urgencias con fuertes dolores de cabeza por exceso de bastonazos hinchables.
Ignoro desde cuándo se lleva a cabo esta entrañable tradición navideña en los habitantes de Chengdu, pero me imagino que desde hace bastantes años, ya que he sido varias veces preguntado por chinos si en España también nos arreamos mamporros con nuestros conciudadanos durante estas fechas tan señaladas. La próxima Navidad, si estoy en España, ya sé lo que me voy a llevar para poner silencio entre los niños que la lían durante la Misa del Gallo.