Amiguetes, hace un tiempo que os quería contar sobre las dificultades del tránsito en las zonas rurales.
En las áreas urbanas impera la ley del más GRANDE, es decir, la bici puede al peatón, la moto a la bici, el coche a la moto, el autobús al coche y el camión a todos los anteriores... que yo llevo casi cinco años en China y todavía me acojona cuando tengo que cruzar porque no me aclaro, que los semáforos no me inspiran confianza (se la suda) y menos cuando intento pasar al otro lado desde una esquina.
Pues si ese es el reto en las ciudades, en el campo, digamos que es lo más parecido a un juego de la Play.
Como ya sabéis, acudí a pasar unas jornadas de aire fresco a una zona remota de Sichuan, preciosos parajes donde los haya y que me ha dado mucho juego para estos posts tan mediocres que escribo.
Mi campamento base se situó en Sonpang, ciudad de tamaño mediano en la que hay que destacar que la comida estilo Western de la cocina de Enma, no me produjo otras consecuencias que retortijones y cagaleras. Eso sí, Enma se lo curra y es una tía maja... además se está haciendo famosa en el mundo entero. Pero yo ya no experimento más con los manjares foráneos en China y menos en estos sitios tan alejados de la mano de Dios. Donde fueres, come lo que vieres y punto.
Pues bueno, en mi trayecto desde Sonpang al valle donde vería las maravillas de la naturaleza, me alquilé un conductor tope barato pero al mismo tiempo tope emocionante. Desde mis tiempos en la India que no encontraba con tal kilombo de transeuntes circulando por la vía.
Para empezar, los siempre presentes Yaks, que son como terneros jipis, sin afeitar ni na, hechos un desastre:
La carne de Yak está buenísima. La venden disecada en todas partes y cuando la masticas es como si le estuvieras pegando un bocao a los restos de Tutankamon, pero de verdad que está sabrosa. El caso es que el Yak es un bovino curioso que encantaba ver de cerca, por sus rastas y su combatividad innata contra el frío más cabrón.
Nuestro viaje al parque de Jiu Zhai Go se vio también animado por la presencia de ganado equino:
Y alucinado con la gente del lugar, que no sólo había caballos pastando tan panchos, sino que realmente aquellos eran utilizados como medio de transporte.
Los más suertudos sí que podían circular en monturas de cuatro patas, que eran más visibles, pero había quien se jugaba la vida como viandante...
Y si no fuera suficiente con los animales, humanos o cosas (también había muchos pedruscos desperdigados por el asfalto de vez en cuando), nos amenazaba la climatología, que en pocas horas de diferencia, nos visitó con formas gaseosas:
Y líquidas:
Aunque ¿qué queréis que os diga?... es lo que hay y la peligrosidad es una cosa relativa, cuando ante un atasco a gran altura, si desvías la vista un poco más allá, descubres imágenes preciosas y que formarán parte de tu retina el resto de tu vida.
¿o no?
Escrito por Fernandet, 3 de Diciembre 2007 a las 08:39 PMEres mi ídolo Fernandet.
A aparte de viajar por lugares preciosos e idílicos (con yacks o sin ellos es igualmente bonito) y hacer esas fotos tan curiosas, nos relatas desde tus propios ojos situaciones o costumbres que no sabemos y a mí me dejan perpleja.
Tuvo que ser una pasada ver ese paisaje en 1º línea y poner oler (no se si bien jajaja) esos parajes verdes.
Viajecito interesante... muy interesante.
Y que decir de los flecos del taxi... irrepetibles jajajaja.
Un saludete!!
Jajaja, deskarau, ni vistas ni náá, los flecos del colega en plan tapiceria apatrullando la ciudad irrepetibles, jajaja, dignos del mismisimo fari que en paz descanse¡
Un abrazo fernandet¡ Dale un beso a txiki de parte de ana&mua¡
Qué guachis, F, y siempre con ese sentido del humor que te caracteriza.
Saludines
asdasdasd
Escrito por Carlos Pérez a las 22 de Julio 2009 a las 01:01 PM