GUANGZHOU, MI CASA

INTERRUPTUS

Me vais a perdonar, pero llevo unos días de "merecidas" (qué compasión me tengo a mi mesmo) vacaciones y no puedo ni tengo ganas de actualizar... Ya atacamos con nuevo post pronto.

Abracismos!!

Un Caramelo en la Puerta de un Colegio

Joer, llevo tanto tiempo sin escribir en el blog que casi se me olvida la contraseña de entrar al dominio este de los webs. Es que uno trabaja y no come de esto (ya lo he comentado alguna vez), aunque bien que me gustaría que me pagaran (algo) por escribir aquí... pero bueno, todo llegará.

Como sabéis, hemos entrado en el año de la rata y los chinos lo celebraron por todo lo alto. Estuve de viaje en Pekin el último día de festividades y yo, nacido en Valencia, en mi vida había odiado tanto los fuegos artificiales como esta vez... desde las 6 de la tarde hasta las 3 de la madrugada estuve soportando PumPums sin descanso... teniendo que madrugar al día siguiente, poca gracia me hizo, en fin.

Una de las cosas más destacables en los jolgorios del año nuevo chino, es la proliferación de árboles frutales, principalmente mandarinas o limones. Es tradición de los chinos sembrar por esos días, un árbol de limón o de naranja ya que representa excelente fortuna y bendiciones hasta a 7 generaciones futuras (7 generaciones, ni una más ni una menos, lo mismo que las vidas que tiene un gato ¿no te jode?). Las personas que no poseen espacio para esto se conforman con traer un árbol pequeño y tenerlo por lo menos algunos días en su casa. Es como lo del abeto navideño, pero en algunos casos en plan salvajismo.

Esto es el portal de mi apartamento en Guangzhou:

Y aquí una de las entradas donde tengo ubicada mi oficina, a la que asisto cuando no estoy con el baúl de la Piquer por ahí:

Estos arbolejos animan lo suyo y además es que están bien dotados de mandarinas... como podéis observar en la siguiente imagen:

Eso sí, normalmente son frutales cuyos productos son bordes (amargos) para combatir los deseos de gente ansiosa de tomarse unas mandarinas gratis total a beneficio de la comunidad de vecinos y otros organismos administrativos menores.

En algunos casos, hay despistados que se cuelan y colocan un buen frutal con sabrosos cítricos donde no deben. Yo no sé quién sería el inteligente que se le ocurrió poner unos de estos a la puerta de un colegio en uno de los centros más transitados de la ciudad. Las mandarinas duraron menos que un caramelo a la puerta de un colegio, nunca mejor dicho.

Y pasó lo que tenía que pasar... menudo panorama más triste. Los árboles a la salida del cole, parecían asaltados por una horda de etíopes hambrientos. Vaya tela!!.

Con lo bonitos que son los arbustos estos con las bolicas naranjas colgando y la chapuza de tentar al personal con suculentos manjares... ver para creer.

Besotes.