Hace ya unas semanas que estoy de vuelta por China tras mis "insuficientes" días de relax. Tenía que haber escrito antes, pero no me ha sido posible por razones que no voy a contar, prefiero obviarlas, ya que me deprimo más, aunque se podrían resumir en la frase: "Qué mal sienta volver al currele!!!".
El caso es que estuve en Holanda (guardadme el secreto) y aunque me pelé de frío y me mojé con la lluvia, la ciudad merece mucho la pena y está muy bien preparada para los turistas de todas las edades.
Dicen que cuando vas a Amsterdam tienes que hacer obligatoriamente un montón de cosas: Ver con un molino y un jardín de tulipanes, pasearte en bici por las calles, fumarte un peta en un coffee-shop, darte una vuelta por el Barrio Rojo (el de las fulanas en los escaparates), que te lleven un rato navegando por los canales en una barcaza, hacerte una foto en un puente y visitar un museo. Yo, sinceramente, no cumplí alguno de esos puntos y principalmente, por falta de afición o gusto a determinadas actividades que se enumeran en ese tácito decálogo... aunque para que no penséis que soy un sosainas, no os revelaré cuáles fueron.
Eso sí, la no realización de algunas actividades que ofrecía la capital holandesa, lo suplo de largo en el de la visita al museo... que no fui a uno, sino a bastantes de ellos. En Amsterdam puedes visitar todo tipo de museos, de todas las temáticas y para cualquier persona, sin importar cuál sea su nivel cultural o cómo de frikis sean sus aficiones: El museo Van Gogh, el Riks, la casa-museo de Rembrant, la casa-museo de Ana Frank, la casa-flotante-museo, el museo de cera, el del sexo, el de la Resistencia de la 2ª Guerra Mundia, el del fútbol, el de la tortura...muchísimos más, no me estoy inventando nada... aunque lo parezca... hay miles y te puedes tirar una vida entera en ellos!!!
A mi el que más me interesaba, por razones de devoción profunda, era el Museo de la Cerveza. Aunque considero que la mejor cerveza holandesa es la Grolsch, el hecho de que Heineken sea el que haya transformado una de sus primeras fábricas en museo, en este caso lo puedo pasar totalmente por alto, pues en mi vida también he invertido mucho (pero mucho) ocio con esa marca.
Pues el puto museo estaba cerrao!!!! obras o mejoras o no sé qué cojones decía el cartel!!! Maldita sea mi estampa!!!
Frank Kelly Rich, autor del libro Modern Drunkard y director de una web con el mismo nombre, pero que por razones de corrección no voy a traducir al castellano, dice en una de las páginas de su obra:
"A lo largo de tu vida, debes visitar la fábrica de tu cerveza, vino o brebaje alcohólico preferido: Haz una peregrinación a las fuentes del Nilo, por así decirlo. Descubre el nacimiento del río que te hace tan feliz. Pasea entre las cubas y los barriles y asimila la idea de que ésta es la fuente de la que mana toda la diversión. Quizá implique un viaje a Dublín o a Kentucky, pero a partir de ese momento podrás mirar fíjamente tu vaso y decirle: Chaval, yo conocí a tu madre"
Mi gozo en un pozo. Fui previsor de enterame antes de ir de que estaba cerrado, pero no con la suficiente antelación, pues tenía ya los pasajes de avión y el hotel reservado... si no, de saberlo, le dan por saco al viaje a Holanda!! (con todos los respetos a mis amigos holandeses, que tengo bastantes y muy majetes). De todas maneras, en mi paseo de camino al museo Rijks, me pude fotografiar a las puertas de mi edificio favorito en Amsterdam. Otra vez será.