GUANGZHOU, MI CASA

Hospitales Chinos

Llevo tiempo que no puedo escribir sobre China, pero es porque temporalmente he tenido que atender cosillas en otras partes. Mi amiga Sara, que la tengo ahora estudiando chino en Chengdu, escribe contando cosas de su visita al hospital. Como en parte el que esté allí (y por lo visto muy contenta), se lo debe un poco a la experiencia que tuve yo antes y cuando dudaba de ir o no ir, la acabé convenciendo, voy a tomarme la licencia de transcribir parte de su correo aquí y mangarle un par de afotos. (Sarita, con tu permiso...).

SARA DIXIT: Bien, sobre el tema del médico, ya anteriormente tuve alguna que otra infección en el oido derecho así que ya sabía a qué iba pero...tenía curiosidad de saber cómo funciona la compañía de seguros (hasta ahora perfecto) y también las características del centro médico que me toca, como es la atención etc.... La infección ya ha de estar curada porque ya terminé el antibiótico y no me duele.

Bien, pues fui al hospital que me indicó mi seguro médico (después pregunté a las chinas que conozco y me dijeron que es el mejor que hay en la ciudad). El hospital es de esos privados que tienen una entrada amplia muy limpia y con sillones aquí y allá (tipo el lobby de un hotel de cinco estrellas). Me recibió un enfermero que sabía hablar inglés, como estabamos de vacaciones no había ningún médico especialista del oído así que trajeron uno de otro hospital para que viniera a verme, si........como lo cuento. La consulta muy limpia y perfectamente amueblada. La doctora no hablaba mucho inglés así que el enfermero estuvo con nosotras en todo momento por si le necesitábamos. Como esperaba la doctora me diagnosticó la infección, me recetó el antibiótico que compré en el mismo hospital y recomendó que regresara al día siguiente para hacer pruebas en el oido y ver a qué se debía la infección. La consulta costó 15 euros.

Al día siguiente regresé para ver al especialista y hacer las pruebas. Una enfermera que sabía inglés me llevó con ella, abrió una puerta que estaba cerrada con llave y aparecimos en el hospital de al lado, el de los pobres. Resulta que en costa rica es dónde te ve el médico para consultas menores y dónde te ingresan si hay algún problema y...en costa pobre es dónde tienen los aparatos médicos más avanzados.

Bien, como decía en costa pobre estuve siempre acompañada de la enfermera con lo que no hicimos ninguna de las miles de colas que había que hacer para coger el ascensor, entrar en consulta, pagar la primera prueba, hacer la prueba, volver a la consulta, pagar la siguiente prueba, hacer la prueba, volver a la consulta y finalmente pagar y coger los medicamentos en la megafarmacia que tienen en la planta baja. Os aseguro que nunca vi tanta gente en un hospital, los pasillos abarrotados y las colas interminables.

- En la planta baja del hospital hay una megafarmacia. Vas con lo que te recetó el médico, primero lo pagas y después entregas los papeles en el lugar de la foto, las farmacéuticas van poniendo los medicamentos de cada uno en las cestas verdes y después te los dan. Está muy bien porque sales del hospital con el diagnóstico y su tratamiento. La farmacia está muy bien, claro que....nunca pensé que me iban a dar un cacharro semejante con las gotas!!!!!

Gracias Sara!!! Saludotes!!!

Coches que me Marcaron en Marruecos

Desde luego que el coche que más me marcó en mi breve periplo por Marruecos, fue este Toyota de modelo desconocido (si alguien lo sabe, que me lo diga).

Cuando me dijeron que durante mi estancia en Casablanca, me adjudicarían un utilitario, me imaginé una cosa más decente. Cuando lo vi, casi se me cae el alma a los piés y desde luego que se me pusieron los cojones por corbata. Me veía indefenso y frágil, si tenía que circular por aquellas avenidas y autopistas morunas y polvorosas con tal carraca. Poco a poco fui comprendiendo que conducir ese Toyota fue un gran acierto, porque pasaba desapercibido entre los moros y además, si le hacía algún rascón o bollo, no pasaba nada pues ese vehículo tenía ya más kilómetros que la fregoneta del Fandi (el torero). Al final, hasta le cogí cariño y todo... además, me di cuenta de que aunque en España eso no hubiera pasado la ITV, en edad media de coche marroquí, estaba hecho un chaval y le quedaba cuerda para rato.

Para muestra de lo que acabo de decir, un botón (bueno, un Cuatro Latas como el de afoto de más abajo): Ese Renault es el coche con el que empezó currar Mr. Tamer (Mr. T para los colegas), el dueño de la fábrica que me acogió de trabajador-observador en Casablanca. Empezó hace 20 años con esa furgonetilla y apenas 15 trabajadores. Hoy es dueño de un grupo empresarial de más de un millar de trabajadores y conduce (entre otros) un Mercedes de la Clase E, aunque el Cuatro Latas sigue aparcado en la puerta de una de sus fábricas y a veces hacen recados con él... así, además de pa llevar cosas, sirve también para que todo el mundo vea el coche con el que empezaron y que lo tengan presente. De ese modo nadie se olvida de cuáles fueron los humildes orígenes de la empresa y no se les suben los humos . Me cayeron bien el Mr. Tamer y sus colegas.

Saludotes

Mezquita en Casablanca

La Mezquita de Hassan II es una pasada. para empezar, está como una patena de limpia. Además de enorme y estar situada en un emplazamiento precioso medio colocado encima de las aguas del Atlántico, dispone de modernas instalaciones donde los fieles pueden limpiarse antes de las oraciones. Por supuesto las zonas de mujeres y hombres, están muy bien diferenciadas.

Discutí con Fátima (una periodista marroquí muy maja, que conocí a través de unos amigos mío que eran bastante pudientes) sobre por qué las mujeres se han de poner detrás de los hombres para rezar en las mezquitas y además metidas en una especie de gallinero tapadas por rejas de madera. Ella me dijo que el hombre era débil (de bragueta) y que como los seguidores del Islam rezan haciendo auténticas alabanzas de rodillas, echaos para aldelante y con el culo en pompa, si fueran las mujeres las que se pusieran delante, los hombres se distraerían de sus rezos con tanto culo femenino en su campo de visión. Era un punto de vista desde el que nunca lo había pensado y no le quito cierta razón, ya que admito que entre los hombres siempre ha habido mucho Cromañón de pocas entendederas, muy guarretes cuando piensan en mujeres, y que además se distrae con el vuelo de una mosca. De todas maneras, Fátima me resultó algo machista y no me podía creer que realmente pensara algunas de las cosas que decía. Abordamos el tema de la comida y me criticó el jamón!!! diciendo que era muy bueno que su religión lo prohibiera porque la carne de cerdo era la que más toxinas tenía y que estropeaba mucho la piel... eso sí que no!!! a mí el jamón que no me lo toquen. Aquí fue cuando tuve que dejar de hablar con ella, con lo buenorra que estaba. En fin, como parecía que era medio monja del Islam (o igual sólo me estaba puteando), sé que aunque le hubiera dado la razón en todo, no me hubiera comido un colín.

La construcción de esta mezquita fue financiada por el gobierno, empresas y aportaciones populares de los ciudadanos, que a cambio de su donación, recibían un certificado de patrocinadores. La madre de mi amigo Anas tenía uno. Allí hay un apartado (bastante grande) para la tumba de Hassan II, pero por ahora y según tengo entendido, sus restos están en un cementerio de militares en Rabat. No sé por qué.

Menuda diferencia de esta bella construcción y lo ordenada que la tenían (aunque hay que admitir que en las salas de lavarse olía un poco a piés) con la de Nizamudin, que visité en Nueva Delhi: Aquella fue una de las cosas más decadentes que he visto nunca.

Nizamudin es un laberinto de callejuelas repletas de mendigos andrajosos tirados por los suelos, hasta que llegas a la tumba de Nizamudin (valga la redundancia). Hay una balsa de aguas ponzoñosas en las que la gente se está lavando, mientras algunos jóvenes practican saltos acrobáticos lanzándose al agua desde un balcón. El remate es que nos salió al paso un indio que decía ser el director de la mezquita o algo así (director es como se presentó). No nos explicó casi nada, pero nos invitó a participar en las oraciones con los hombres y dijo que no podíamos salir de allí sin dar la vuelta reglamentaria a la tumba. Por quitárnoslo de encima cuanto antes, accedimos a dar la vuelta a una losa de mármol en una habitación minúscula, donde cientos de hombres andaban dando vueltas y picha-culo-picha-culo, de lo apretados que iban. Andaban con los ojos cerrados y las palmas de las manos hacia el pecho, rezando fervorosamente sus oraciones. Nos sobaron enteros y además aprovecharon para robarnos hasta los empastes de las muelas. Cuando sentía que alguien me estaba tocando para robarme y me giraba... allí estaban todos con los ojos cerrados y las manos hacia le pecho, en una actitud que parecía que jugaban al "yo no he sido". En todos mis viajes, es la única vez que me han robado. No voy a volver nunca a visitar aquella mezquita y recomendaré a la gente que no la visite.

Viva la mezquita de Hassan II!!! Recomiendo visitarla.