GUANGZHOU, MI CASA

Vigilancia Sobada

Ahora que se acerca el Año Nuevo Chino (del que si tengo tiempo, por cierto, escribiré dentro de poco), de todos es sabido en este país que los robos en los domicilios proliferan que no veas. En estas fechas tan señaladas, es normal que la gente abandone sus domicilios habituales durante al menos una semana, para visitar sus lugares de origen, reunirse con los familiares, amigos del pueblo y demás historias de esas que en occidente haríamos homólogamente en tiempos de Navidad.

Yo también dejaré mi casa por unos días, y hasta hace bien poco estaba tranquilo, pues en mi urbanización gozamos de un servicio de vigilancia, uniformado y todo, que en un principio creía de cierto nivel y una seriedad afianzada. Sí, yo me fiaba hasta que una madrugada que venía de tomarme unos zumos, me encontré al pavo de la garita del jardín que da al edificio, en semejante pose:

El mamón de "bao an" (保安）, que así se les llama en chino (a los de seguridad, no a los mamones), no sólo estaba durmiendo, sino que además había puesto un papel pegao en el pestillo de la puerta, para que se pudiera abrir con sólo empujarla, sin llave ni nada... para que nadie le alterara sus dulces sueños.

Me dieron ganas de despertarlo, pero luego pensé hacerle una foto y llevarlo a los administradores, que buen dinero me cuestan al mes. Después, me han faltado escrúpulos para denunciarlo a sus jefes. Uno es así de blando. No obstante, he decidido seguir el Método Sergi. NOTA: Mi amigo Sergi, valenciano de Picassent que también reside en Guangzhou, fue vítima de los pilluelos cuando al dejarse una ventana abierta, le saquearon el apartamento, incluídos dos ordenadores portátiles... y una maleta de viaje bien grande y nuevecita (la maleta al usaron para llevarse el botín).

Como comentaba, el Método Sergi consiste en lo siguiente:

1. Llegas a altas horas de la mañana (normalmente un viernes o sábado por la noche) de tomarte unas mirindas, cuando te encuentras con el interfecto apoyado sobre la mesa o mostrador, mecido en los brazos de Morfeo.

2. Al ver dormida la persona que cuida por tu seguridad y la de tus pertenencias, te entra una mala uva de considerable nivel que para desahogarla, debes golpear la madera (o contrachapado) de la mesa o mostrador con la palma de la mano repetidas veces y a gran velocidad, intentando que retumbe lo más fuerte posible en el interior del cráneo (hueco o no) del no-vigilante.

3. Cuando nuestro velador empieza a reaccionar (normalemte conservando cierta cara de sopa), le hemos de gritar "en perfecto castellano": Despierta, cabrón!!! que nos van a desvalijar la finca enteraaaaa!!!

Por supuesto, es un método que no sirve de nada porque el tipo se vuelve a dormir a los 5 minutos, pero por lo menos le deja a uno a gusto y ya te vas con mejor humor a la cama.