GUANGZHOU, MI CASA

Dieta Basica de Hainan

En el post anterior, Jelens preguntaba dónde estaban las cervecitas y tal... pues válgame que yo en Hainan seguí mi rigurosa dieta de birra, pero por supuesto, acompañada por el refrigerio típico del lugar, que no es otro que el nutritivo coco, del que sólo te bebes el caldo, como Tom Hanks en la aberración esa de Cast Away, remake de Robinson Crusoe (idea muy original) en la que FedEx metió la pasta que DHL no quiso poner.

Y más me hubiera valido quedarme con aquellos dos brebajes, que como la canción de Julio Iglesias (padre) a finales de los 70, "Tropecé de nuevo con la misma piedra" y a pesar de lo que prometí hace unos meses en Sonpang, en aquel chiringuito en el que me encontraba, se me ocurrió pedirme una hamburguesa y lo que me sirvieron, parecía un homenaje del cocinero a Ratatouille. La carne aquella, sí que era lo que llaman en panocho-murciano una "hambrugruesa" o "pelota pisá". Sigo desencantándome con la comida occidental preparada por asiáticos, para que luego nos quejemos de los McDonals, las imágenes hablan por sí solas. En la foto del menú, juro que tenía mejor pinta.

Volviendo a los cocos, te los venden por todas partes y no creo haya un comercio muy controlado de los mismo, ya que crecen en cualquier palmera y de eso hay una pasada en toda la isla. Estando comiéndome mi suela masticada, pasó un chino muy cachondo y me espetó "cuidado no os mate un coco, que están maduros" y al levantar la cabeza, me di cuenta de que llevaba toda la razón. En Hainan es conveninte (y más seguro) pasear con casco de obrero.

Otra cosa que me llamó la atención de este fruto de las palmeras, fue que los transportan en jaulas o sacos, siendo la jaula con ruedas el método más utilizado por los comerciantes más organizados. Del coco, a parte del líquido, también se aprovechan las cortezas (tienen tres): la de fuera no sirve pa ná, la segunda es para hacer cuerdas y tejidos, y la de dentro para fabricar tazas, vasos y otros utensilios; por último, con la carne de dentro se hacen dulces (de coco) y se saca aceite (de coco). Todo esto me lo contó un abuelete que se decicaba a recoger lo que Tom Hanks y el resto de extranjeros no aprovechábamos tras bebernos el liquidillo. Como este anciano había muchos otros locales, que est'an metidos en el negocio de reciclaje de los despojos del coco. Con razón no había miles de cocos vacíos por ahí tirados.

Y para rematar el post, en el aeropuerto de vuelta a la China continental, observé algo que me dejó perplejo. He visto a chinos llevar como equipaje de mano las cosas más inverósimiles, desde bultos de tamaño aparador o altar de iglesia, a cajas con cangrejos vivos o bolsas de fruta para paliar el hambre de una familia numerosa. Pero en esta ocasión, dos tipos en la cola del control de seguridad, que llevaban dos sandías que parecían balas de cañon antiguo. Coño!! si estás en Hainan, llévate un par de cocos, que sandías seguro que tienes en tu tierra... pero no, las de Hainan deben de ser mucho más nutritivas.