GUANGZHOU, MI CASA

Lección de Colaboración Ciudadana

En mi última visita a Tokyo, he flipao en colores.

¿Qué creéis que es esto?

Posibles respuestas:

A) Se trata de un Palillero a las proximidades de una zona de restaurantes de Sushi, para que los transeúntes entren ya con los cubiertos en mano y así ahorren tiempo.

B) Es un contenedor de reciclaje de Matasuegras amarillos.

C) Se encuentra en una esquina y parece tubos para soplar, por tanto, obviamente se trata de alcoholímetros para que los conductores aficionados al alpiste se auto-multen (los japos son asín).

D) Es un cubalitro, también llamado cachi o mini, con pajitas amarillas, que fue abandonado la noche anterior por un grupo de jóvenes "tokyoneses" (¿cuál será el gentilicio pa la peña nacida en Tokyo?), que estuvieron haciendo botellón de sake y abandonaron el recipiente.

SOLUCION: Pues ninguna es correcta... ¿o habéis dudado en alguna? Espero no me digáis que sí.

La cosa tiene mucha más lógica de lo que podéis pensar: Dado el creciente número de atropellamientos de niños por vehículos que se estaba produciendo en las calles de Tokyo en los últimos meses, las autoridades, que son tope listas, ordenadas y prácticas, decidieron poner unos botes con banderas amarillas en los cruzes de las esquinas próximas a colegios.

Normalmente hay madres voluntarias que se acuden media hora antes o después de la entrada o salida del cole a coger su banderita y PARAN EL TRÁFICO CUANDO CRUZAN LOS NIÑOS.

También hay casos de sujetadores de banderolas que están ahí castigados, pues la policía de Tokyo, en ocasiones multa a los infractores de tráfico con un mes o así de servicios sociales obligándolos a controlar los pasos de cebra.

Los que están allí por infringir la ley de Circulación Vial, se diferencian de las madres voluntarias en que tienen una cara de cabreaos que no veas y ni sonríen ni na.

Lo que más destaco yo de todo esto, es que los botes con las banderas permanecen allí las 24 horas del día, y cualquiera puede robarlas, pero nadie lo hace y sólo son sacadas cuando se utilizan para su cometido original.

Todo lo anterior, me hace pensar en dos argumentos por los que en España, una cosa así sería imposible de ser llevada a la práctica:

1. Para empezar, las banderas en la calle, durarían más bien poco. Los cachondos de turno las robarían para colgarlas en su habitación, para bailar estilo Locomía en mitad de la disco, para jugar a que están haciendo señales marítimas... las utilidades para hacer el chorra con ellas, pueden ser infinitas dependiendo del nivel de embriaguez que lleven los ladrones.

2. Los conductores no harían ni puto caso de los que manejan las banderas honestamente en mitad de la vía. Me imagino al individuo que va conduciendo, llega tarde al trabajo y se encuentra una señora que le corta el paso con una bandera amarilla:

-"Quita de ahí, puta vieja, y métete la banderita por el chumino... a ver si te crees policía o algo, que no tienes ni el graduao escolar, gilipollas, no ves que llevo prisa??...!!!!!"

¿os creéis que exagero? Desgraciadamente, yo opino que no.

Escrito por Fernandet, 15 de Junio 2007 a las 09:51 PM