GUANGZHOU, MI CASA

Buscar Casa y Taxistas del Mundo

Por razones de trabajo y porque no me gusta pasar la vida en un puto hotel, me estoy buscado un piso en Guangzhou. Por muy bueno que sea el hotel, al principio está muy bien, pero al tiempo puedes llegar a odiarlos.

Encontrar casa, en teoría es fácil, porque la oferta de apartamentos vacantes en las grandes ciudades de China es bastante grande, pero la dificultad reside en que si los pisos han sido ocupados anteriormente, a veces están tan descuidados que cuando vas a verlos, te da la sensación de que han entrado los bomberos apagando un fuego... y eso es una cosa que tira bastante para atrás.

Estoy desesperado, llevo ya una semana buscando, pero confío en que pronto lo encontraré, porque si no, hay alguien en mi empresa que por ciertos motivos que ahora no vienen al caso explicaros, me va a dar una patada en culo que se va a oír en Macao.

Dentro de la mala uva que se le pone a uno cuando, tras numerosas incursiones, tiene que encontrar acomodamiento y no da con lo que quiere, hoy me he reído un rato porque gracias a Dios tengo aquí a mi amiga Irene, que me ha acompañado durante todo el día. Irene es una de mis mejores amigas (casi familia ya) y nos conocemos hace años, cuando coincidimos en Chengdu. Ella lleva 7 años en China y ahora está en Guangzhou trabajando. Hasta hace poco estaba aquí también su novio Marcelo, un excelente portero de fútbol (fue profesional en Uruguay) y mejor persona, pero ahora se ha tenido que ir a la universidad de Beijing a continuar sus estudios de mandarín. La pobrecita de Irene lo echa mucho de menos y supongo que Marcelo está igual, pero estoy seguro que pronto conseguirán estar juntos otra vez (situaciones mucho más jodidas han superado), ya veréis. Como alguna vez me han pedido que les ponga una foto aquí, aprovecho la coyuntura y ahí va esta que salgo yo por detrás, estropeando la instantánea y como si fuera un espectro del que nadie puede zafarse.

Pues el caso es que vamos Irene y yo en un taxi, a 2 metros por minuto porque hay un atasco digno de megaciudad asiática, cuando de repente se oye una sirena de policía y bocinas de coches oficiales -aquí el claxon de los coches del gobierno, suenan distinto, es un MOOOOC muy seco, corto y escandaloso a la vez-. Se empiezan a apartar vehículos y el caos circulatorio aumenta. Irene le pregunta al taxista que si es que hay algún accidente o urgencia, y dice el taxista: "no, no creo, será algún Matrícula Cero hijo de su madre, que tiene prisa". A Irene y a mí no se nos puede aguantar soltar una carcajada.

Los automóviles oficiales en China, se matriculan con la serie 0, por eso los llaman Matrícula Cero (valga la redundancia, ya sé que me repito, pero es para que lo entendáis). Por ejemplo, en este coche de Chengdu, tras el caracter de 川 (= chuan, de la provincia de Sichuan) le sigue la serie A (que es la serie correspondiente a la ciudad de Chengdu). Si fuera coche oficial, sería un 0. Borro el último número en la foto, pa que no haya movidas (por si está prohibido o algo) y para proteger la identidad de su dueño (que por cierto, es amiguete mío).

Lo de los taxistas criticones con el gobierno, sea del partido que sea, es algo internacional que los hay en cualquier país. Hace poco, en el blog de ChinoChano, leí un post muy bueno, que hablaba sobre cómo saber si estás en una casa china. Este artículo generó cierta (y absurda) polémica en los comentarios, donde alguien dejó uno genial, alegando que China y España no eran tan diferentes (atención al punto 6, que es por el que me he acordado hoy). Decía así:

En un esfuerzo por reconciliar posturas, he aquí una lista de cosas que son/pasan por igual en España y en China:

1. Nunca hemos ganado, ni ganaremos, un Mundial de fútbol.

2. Nunca haremos los 20 kilómetros que nos separan del aeropuerto de la capital (Madrid y Pekin) en menos de 45 minutos.

3. Siempre tendremos obras en las calles dónde más nos jode que haya obras.

4. Los guiris llevarán pantalón corto, calcetines blancos con alpargatas, y se dirigirán a tí como si tuvieras la obligación de hablar inglés como si fueras de Idaho.

5. El big-mac, el whopper y el pollo del KFC saben igual en ambos países.

6. Los taxistas critican al gobierno, da igual qué gobierno. Pensé que en China no ocurriría, pero lo poco que capté del que me llevó al aeropuerto parecía indicar que, o bien conocía a la madre del alcalde, o al menos tenía algo que decir de ella.

Ves, no somos tan distintos.

Escrito por Fernandet, 15 de Octubre 2006 a las 08:52 PM