GUANGZHOU, MI CASA

Un Rinconcito para el Placer

Esto es una señora ya madurita, que entra en un Sex Shop y le dice al dependiente:

- Oiga joven, dónde tienen los consoladores.
- En aquella pared de allí señora.
- Uy!! pues deme ese rojo de la izquierda!!!
- No, no puede ser, perdone, pero debe de elegir desde donde precisamente está el EXTINTOR, a la derecha.

Lo que veis en la foto de aquí arriba es un Sex Shop. Se conocen bien porque en la puerta de estos establecimientos, pone 成人用品 (cheng ren yong ping), que en cristiano significa "utensilios para adultos". Sí, una manera muy delicada para denominar al conjunto de preservativos de fantasía, cremas lubricantes, pastillas para ponerse hecho un elefante, bebidas afrodisiacas, las famosas bolas chinas, muñecas y muñecos hinchables, etc, etc... y que no se me olvide nombrar los artículos estrella que según me han contado, más se venden: Los consoladores.

Ya hemos hablado alguna vez de que los hombres asiáticos, se distinguen por tener el miembro no demasiado voluminoso... ojo, que no me meto ni me río de ellos, que esto pasa igual (pero al revés) con los de raza negra, que son los campeones del mundo en manubrio desarrollado y nos dan sopas con honda a los latinos... es una cosa de fisionomía masculina.

Pues a lo que iba, que los consoladores se venden mucho y sus tamaños son descomunales, según me cuentan. Aquí las amigas chinas insatisfechas no encuentran el término medio... o calvos o con dos pelucas!!!

Jejeje... no, no fuera de coñas: No creo que si las mujeres chinas consumen muchos consoladores, sea sólo por una cuestión de tamaño. Para saber mi opinión sobre el tema, os remito al post Fiebre Amarilla, que algunos ya habréis leído.

Pero dejando a un lado a los cilíndricos reyes de las ventas, diremos que otra cosa que más caracteriza a los Sex Shops en Chengdu, es su tamaño. Suelen ser más pequeños que la garita de un guardia. Ocupan menos espacio que un armario empotrado. Uno se mete ahí (según me han contado) y es agobiante, ahí todo rodeado de cerca por instrumentos que se te antojan casi de tortura...en la mayoría de estos establecimientos, apenas caben tres personas (contando al vendedor o vendedora). Ignoro por qué son tan pequeños. Unos cachondos.

PD: Bueeeeeno, vaaaaale, lo admitooooo... sí que entré una vez en un Sex Shop, pero fue para documentarme y después poder hacer esta crónica, ¿vale? ¿a que ha merecido la pena?

Venga, abracismos!!!