GUANGZHOU, MI CASA

30 de mayo, a parte de ser Santa Juana de Arco, también es mi onomástica. Así que me centraré en la bibliografía de San Fernando que además de santo llegó a rey, Fernando III (el Santo), cosas que le venían por la fe y por el Rh de color azul. Sin ir más lejos que a la Francia, allí su hermano San Luis también consiguió llegar a grgruá de la Fgrans. Y es que el padre de estos santos con tan buen pedigrí, el rey Alfonso IX , invirtió un montón en su educación, y ellos aprovecharon la oportunidad y les fue de maravilla.

San Fernando es memorado como promotor con licencia en la construcción de la catedral de Burgos y otras más que son enormes también, pero no han trascendido tanto como la de la ciudad del famoso queso de Burgos. Fundador de la Universidad de Salamanca (en aquellos entonces con más prestigio que el que tiene hoy Harvard o el Caxton College de Puzol), instauró el castellano como idioma oficial, se esmeró por que en su corte no se blasfemara ni se escribieran ordinarieces y como gran aficionado a la música, impulsó que todo el mundo aprendiera a tocar algún instrumento, aunque fueran las castañuelas... fue el comienzo de la proliferación de las hoy llamadas sociedades musicales municipales (vamos, lo que hasta hace poco era la “banda del pueblo”) y el origen en Lliria de la rivalidad entre la Unión Musical y la Primitiva.

Pero ahí no quedan los méritos más gordos y celebrados de mi tocayo, ya que como a todo santo, le tocó mortificarse y pasar una penitencia bastante dura y nada corriente. Esta consistió en que se tiró 24 años guerreando incesantemente para la liberación española del poder de los moros y por ende convertir a la gente y que la religión católica se impusiera a la musulmana... que ya estaba bien y tocaba cambio de entrenador...

A parte de todo lo que hacía, de siempre protegió y fomentó la religión católica y la inculcó allá donde podía. Por ejemplo, a sus soldados los tenía fenomenalmente adiestrados, embrutecidos para machacar bien al enemigo pero también preocupándose por que todo el ejército recibiera educación en la fe. Cuando iba de batalla, siempre se hacía acompañar por una imagen de Nuestra Señora, y aluego de cada victoria, levantaba capillas en su honor. Cuando escribía, firmaba sus cartas como “Caballero de Jesucristo, Siervo de la Virgen Santísima y Alférez del Apóstol Santiago”, el papa Gregorio Nono lo llamó “Atleta de Cristo” e Inocencio IV “Campeón Invicto de Jesucristo”... todos estos apelativos me hacen imaginar al San Fernando como un híbrido entre el Guerrero del Antifaz y el capitán del equipo olímpico español.

Reconquistó de la administración sarracena, entre otras: Córdoba, Murcia, Jaén, Cádiz, Úbeda (ciudad famosa por sus cerdos, los cerdos de Úbeda, y también por su feria, que he tenido el placer de visitar varias veces invadiendo la casa mis queridos amigos los Almagro, donde se sirven abundantes caldos con tapa y en la que siempre voy a los toros a ver a Enrique Ponce, que aunque sea de Chiva, lo quieren como si fuera de allí) y Sevilla (donde convirtió en templo católico la mezquita) y de ahí ya se fue al cielo el 30 de mayo de 1252. Sus restos mortales reposan en la catedral hispalense y según parecen permanecen incorruptos, cosa que no he comprobado personalmente porque sólo estuve una vez en Sevilla y no salí de las tascas del barrio de Triana.

Dicen que es el patrón de los taxistas, por la tontería esa de “San Fernando, unas veces a pie y otras andando”, pero entiendo que hasta que los coches no anden solos, el patrón debe ser el mismo que el de los conductores en general, useasé San Cristóbal, ya sea uno taxista, piloto de pruebas o gitano afilador con maquinaria de trabajo adaptada en el maletero del R-14 familiar. El argumento más contundente de lo que acabo de exponer es porque también llevo toda la vida soportando rimas tan populares como poco elegantes con mi nombre, y no por ello San Fernando es el patrón de los urólogos.

Ale, un abrazo,