GUANGZHOU, MI CASA

Los Váteres Superiores

Estando en Hong Kong y en Jakarta me he dado cuenta de una realidad. El jefe no quiere realizar sus necesidades en el mismo váter donde obran sus empleados.

Aquí van un par de afotos que marcan la distinción de clases en unas oficinas de Hong Kong que he visitado recientemente:

Por supuesto, me dejaron la llave del aseo ejecutivo, y yo que quería simplemente orinar, al ver aquel habitáculo amplio, aromatizado e impoluto, decidí que era el momento de reafirmar mi estatus, de consolidar mi ego de directivo trepa y ambicioso, así que en vez de miccionar, hice de vientre recreándome durante más de diez minutos, mientras leía un periódico de economía, de esos que no llevan afotos ni ná.

Aluego en Indonesia, al visitar una fábrica, observé que el racismo en los espacios de aseo, iba más allá. Ya no eran "Executive" como en Hong Kong, ahora eran VIP. A uno ya no le basta con ser de la clase Executive, además, si te dejan descargar allí, eres Very Important Person. En este caso no me dio tiempo a evacuar los intestinos porque me estaban esperando, y sólo realicé un simple pis. Eso sí, aquello me dio categoría para que si se da el caso de que me llamen al Gran Hermano, sea el Gran Hermano VIP y no el de la chusma esos de las yoyas y tal, que para eso me he lucido en un váter VIP (valga la reduncia).

Esta historia, me ha hecho recordar también, que cuando estuve en la India, durante una semana que nuestro jefe se ausentó del curro, había una becaria que aprovechó, y todos los días después de comer, entraba en el despacho principal para hacer uso del baño de nuestro superior... nunca supimos si por venganza o por adoración a su persona, pues tampoco nos quiso responder y además se las daba de fina, no le gustaba hablar de esos temas tan deshonestos.

Otra narración similar me la contó un gran amigo catalán, del que de vez en cuando pongo temas suyos por aquí. Una mañana, al llegar al trabajo y encontrarse con una desagradable sorpresa en el cuarto de aseo destinado exclusivamente para su uso, el jefe de mi amigo montó en cólera y declaró taxativamente, bajo amenaza de inminente despido, que NADIE entrara en SU váter JAMAS.

Hoy me ha dado un poco por la escatología... pero he hablado muy sutilmente, fijaros que no he empleado en ningún momento la palabra CAGAR. Además, no os creáis que me las doy de jefe de verdad, sobre todo a la hora de asistir mis necesidades fisiológicas, que yo por aquí he tenido que apechugar con lugares como los que muestra la foto de este post anterior, tan bien escrito por otro buen colega mío.

Disponer de un inodoro personalizado, debe ser lo más. El día que tenga mi váter propio, le voy a poner una puerta como la de la caja acorazada de un banco. Mi tesoooooroooo....

Ataluego!!!